La
crisis de los Balcanes (1906-1914)
La desintegración del Imperio
Otomano estuvo acompañada de las reivindicaciones
nacionalistas de los nuevos estados surgidos
en el siglo XIX. El nacionalismo se mezcló con
problemas de carácter étnico, religioso
y cultural. Las grandes potencias intervinieron
en todos ellos según sus intereses, bien de forma
directa, caso de Austro-Hungría, Rusia e Italia,
o indirecta, como ocurrió con Alemania, Francia
y Gran Bretaña.
Una serie de crisis
contribuyeron a la inestabilidad de la zona y al estallido
de la Gran Guerra:
La
anexión austro-húngara de Bosnia y Herzegovina
(1908)
Bosnia y Herzegovina eran territorios
con mayoría musulmana que habían permanecido
bajo dominio turco hasta 1877.
A partir de entonces pasaron a depender administrativamente
de Austria-Hungría que finalmente,
en 1908, los anexionó a su imperio,
provocando la frustración de Serbia
que aspiraba a integrarlos dentro de la Gran Serbia
(futura Yugoslavia). En la capital
bosnia, Sarajevo, se produjo el 28 de junio de
1914 el asesinato
del heredero al trono austríaco Francisco Fernando
y su esposa a manos de un estudiante bosnio perteneciente
a la "Mano Negra", organización secreta
nacionalista proserbia.
La
primera guerra balcánica
(1912)
Esta contienda enfrentó al bloque
compuesto por Serbia, Bulgaria,
Grecia y Montenegro
(secundados por Rusia)
con Turquía y Austria.
Derrotada Turquía hubo de retirarse de la zona
y ceder a Bulgaria una salida al mar
Egeo.
La
segunda guerra balcánica
(1913)
Los que fueron aliados en la primera
guerra balcánica se enzarzaron en una lucha entre
sí: Bulgaria atacó a Serbia,
a Grecia y a Montenegro
con el objetivo de anexionarse los territorios abandonados
por Turquía. Ésta última,
junto a Rumanía se unió
a Serbia y a Grecia. Bulgaria fue derrotada
y los territorios en disputa pasaron a Serbia.
A partir de entonces el objetivo de Serbia
fue alcanzar el rango de gran potencia de la zona (Gran
Serbia), aspiración que quedó ensombrecida
por los tratados de Londres y Bucarest (1913),
que reconocieron a Albania como nuevo
estado en detrimento de los planes que Serbia se había
fijado respecto a la anexión del territorio albanés.
Austro-Hungría por su parte entorpeció
en la medida de lo posible los planes de Serbia de constituirse
como estado importante de la región.
También hubo fricciones
entre Grecia y Albania originadas
por las aspiraciones de los helenos sobre la región
del Epiro (de lengua griega)
que había quedado bajo soberanía albanesa.
Estas circunstancias convirtieron los
Balcanes en un auténtico polvorín
que estallaría meses más tarde.
El
contencioso franco-prusiano de Alsacia y Lorena